La mente de un mexicano aviva la esperanza contra el cáncer

 Por Shaila Rosagel

Un hallazgo científico, 100 por ciento mexicano, trae consigo una esperanza para pacientes con cánceres agresivos en todo el mundo. La vacuna, descubierta por un equipo encabezado por el doctor Juan Pablo Márquez Manríquez retarda el regreso de los tipos de cáncer los de ovario, colon y mama.

Ciudad de México.– Los pacientes que padecen cánceres agresivos, cuyo periodo de remisión oscila entre meses y cinco años, tienen una nueva esperanza de detener la progresión de la enfermedad hasta por décadas, gracias a una investigación realizada por médicos mexicanos en Washington, Estados Unidos, y en Sonora, México.

A partir de septiembre de este año llegarán a Ciudad Obregón, 50 pacientes de cáncer de mama, de colon, ovario y mieloma múltiple de Alemania, Polonia, Inglaterra, Estados Unidos, Colombia, entre otros países, que serán atendidos en el nuevo edificio en construcción del Centro Internacional del Cáncer en Sonora (CICS) y al Instituto Nacional de Cancerología.

La razón: inicia la primera fase de las pruebas clínicas y lograr que la Administración de Drogas y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA por sus siglas en inglés), apruebe el novedoso tratamiento basado en una inmunoterapia activa que consiste en crear memoria inmunológica, para que el organismo destruya por si solo las células cancerosas.

“En realidad el reclutamiento es global, puede ser el paciente de cualquier parte del mundo, siempre y cuando cumpla ese requisito, compruebe que padeció la enfermedad y que está en remisión. En los próximos 10 años se estarán probando vacunas. Queremos que Sonora sea punta de lanza en México, Latinoamérica y el mundo”, dice Juan Pablo Márquez Manríquez, Senior Investigator, GI Malignancies and Tumor Vaccine Group de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, y director del descubrimiento encabezado por médicos del CICS, en una entrevista exclusiva con SinEmbargo.

La terapia consiste en una vacuna o un “coctel” de vacunas que ayudan al paciente a inmunizarse en contra de las células cancerosas. Es decir, un cáncer de ovario, uno de los más agresivos cuya etapa de remisión dura menos de cinco años, podría tardar 10, 20 o más años en reaparecer y con ello incrementar la calidad y esperanza de vida del paciente.

El cáncer es la primer causa de muerte a nivel mundial. En 2012 murieron 14 millones de personas en el mundo, de las cuales 8.2 millones estuvieron relacionadas con este mal, explica el médico.

“El cáncer no se cura. No queremos crear una falsa expectativa de que es una vacuna para curar el cáncer. La palabra cura es falsa expectativa, quisiéramos que eso fuera una verdad, no nos va a tocar ver la cura del cáncer, pero sí generar un tratamiento para que la remisión sea más larga. Lo que sí vamos dejar son las bases para que tengamos vacunas preventivas para el cáncer. Una vacuna cuando nunca has tenido cáncer. Pero cuando ya se tiene el cáncer, una vacuna no te va a curar”, explica.

EL INICIO

El descubrimiento de la inmunoterapia que permite alargar la etapa de remisión de la enfermedad se trabaja desde el 2000 y fue realizado por mexicanos que se prepararon en Washington y es en definitiva, uno de los avances más importantes de la ciencia que ya tuvo éxito en pruebas piloto con pacientes de Obregón, Sonora.

    “Empezamos con un estudio piloto emergente que era de cinco hasta máximo 25 pacientes de cáncer de ovario, colon, mama, mieloma múltiple. Hasta hoy sólo murió una paciente en 2014, pero por una enfermedad cardiaca”, explica.

El estudio piloto se realizó en 2006. Una década después la mayoría de los pacientes siguen en etapa de remisión. Con esta primera fase, a más tardar en 2022 la vacuna estará lista.

    “Estamos listos en 2016 para aplicar una vacuna para la prevención de la recurrencia, cuando un paciente termina el tratamiento exitoso para cualquier tipo de tumor, no es garantía que usted está libre de la enfermedad, se debe estar revisando ciertos parámetros bioquímicos, si no regresa el tumor que bueno. El cáncer de ovario por ejemplo, es un problema muy grande, se recae muy rápido, es un tumor muy sensible y con la quimioterapia, se va volviendo más resistente. Vamos ahora por el primer ensayo clínico, porque sabemos que fue exitosa en animales y en un estudio piloto, fueron éxitos sin estadísticas”, explica.

La sede principal será Obregón, Sonora, pero también se realizarán pruebas en sedes alternas como en el Instituto Nacional de Cancerología, el Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Hospital General de Tijuana y la Escuela de Medicina de la Universidad de Xochicalco Tijuana y Ensenada.

Los pacientes que serán seleccionados para la primera fase de ensayos clínicos deben tener entre 18 y 99 años y haber padecido el mal en ovarios, colon-rectal, mieloma, cáncer de mama inflamatorio –que crece en capas- y triple negativo de cáncer de mama.

El médico explica que en el caso del cáncer de colon, si se detecta en una etapa temprana, 90.1 por ciento de los pacientes sobreviven los cinco años, pero si el cáncer se expandió a otros órganos sólo 11.7 por ciento de los pacientes sobreviven. Algo similar sucede con el cáncer de mama y de ovario.

Los candidatos que participarán en el ensayo clínico son hombres y mujeres. No hay niños, debido a que la incidencia del cáncer que entrará en el ensayo clínico es muy baja.

La vacuna que se aplicará es pequeña, del tamaño de una ámpula. En la fase dos participarán pacientes históricos y participarán entre 100 y 150 por cada tipo de tumor. En la fase tres, y última, se probará si el estudio tiene o no poder estadístico. En él podrán participar entre 500 y mil pacientes por tipo de tumor.

“Si empezamos en 2016, para 2022 tendríamos completadas la fases 1, 2 y 3. Aunque si las autoridades ven que está funcionando, se puede hacer más rápido: juntar la fase 1 y 2”, explica.

LA INVESTIGACIÓN Y EL ÉXITO

Juan Pablo Márquez explica que el éxito del nuevo descubrimiento radica en que se hizo muy de cerca con doctora Nora Disis, de la Universidad de Washington, una de las cinco oncólogas más importantes de Estados Unidos.

“Ella es mi mentora y me formó aquí en Estados Unidos desde 1996. Ella fincó un área de inmunoncolología. Ella fue pionera en la inmunoterapia activa, la cual es más efectiva que la pasiva, porque no tienes que estar inmunizando al paciente cada tres semanas”, explica.

Investigadores de todo el mundo trabajan en la inmunoterapia. La diferencia de este grupo de 70 médicos mexicanos es que lograron desarrollar una vacuna que crea memoria inmunológica que recuerda el germen y lo vuelve a atacar cuando lo detecta. Es la diferencia entre la pasiva y la activa.

“Es importante porque somos médicos. No sólo científicos, sino médicos que estamos generando conocimiento para dejar de ser el médico clásico detrás del escritorio. Nos venimos a Estados Unidos, porque aunque tenemos la capacidad, en México no hubiéramos tenido las herramientas. Estando acá dijimos ‘vamos a crear el Centro de Investigación de Cáncer en Sonora’, se generó, fue creciendo y ha seguido creciendo. La gente se empezó a formar y en una primera etapa queremos llegar a los 100 oncólogos y en la segunda 200 formados en Estados Unidos y Europa”, dice.

Todos oncólogos mexicanos. Algunos de Sonora y otros de Nuevo León. Actualmente hay 30 estudiantes becados por organizaciones filantrópicas. Ni un dólar, asegura, proviene del Gobierno estadounidense, ni del mexicano.

La razón de no recibir financiamiento público es que se perderían los derechos y uno de los objetivos principales del trabajo de los médicos, no es sólo que el “médico no sólo ve pacientes, sino que también hace investigación”.

“Los cinco médicos que empezamos esto, vemos que es una necesidad que México sobresalga a nivel mundial. Nos tocó el privilegio de trabajar con Nora, a ella le gustó el proyecto y lo empujó.

Empezaron cinco médicos con la investigación y hoy son 70 distribuidos entre Estados Unidos y México.

“Es binacional, los médicos están viajando una o dos veces al años a Estados Unidos. Hay otro grupo flotante entre México y Estados Unidos, porque para el éxito tiene que haber un puente permanente. Los que estamos en Washington somos ese puente para mantener las puertas abiertas”, dice.

LA HORA DE LA INMUNOTERAPIA

Actualmente el boom de la oncología es el campo de la inmunoterapia. En 2016 el 7 por ciento de los tratamientos serán por inmunología y en 10 años más, en 2026 la cifra crecerá a 70 por ciento.

    “Hay mucha gente investigando. Sólo Nora tiene 30 líneas de investigación, pero tanto la doctora como nosotros tenemos nuestra autonomía. La idea de nosotros es muy original y el éxito de nosotros radica en que hacemos investigación, si no tiene relevancia clínica, paramos. Agarramos la célula tumoral, la bloquemos, si la célula tumoral muere, seguimos, si sigue viviendo no perdemos el tiempo, si no es relevante biológicamente”, dice.

Juan Pablo Márquez explica que 90 por ciento de los blancos terapéuticos de los estudiosos en el campo no son biológicamente y clínicamente relevantes.

“Están bloqueando antígenos y moléculas biológicamente irrelevantes y eso es una pena. Nos da tristeza y nos perjudica, porque después el Gobierno o las instituciones no dan recursos para la investigación, porque dicen ‘no funciona’. El éxito de nosotros recae en que sólo seguimos si es biológicamente y clínicamente relevante”, detalla.

UNA NUEVA ESPERANZA

Aunque los ensayos clínicos para probar la nueva vacuna se realizarán en pacientes en etapa de remisión de la enfermedad, para las personas que tienen el cáncer activo y que es progresivo, hay un protocolo que se está desarrollando y que ya fue probado en animales con éxito.

No se trata de vacuna, sino de una terapia combinatoria piloto con 10 pacientes que se hará el próximo año.

    “Cuando una vacuna se aplica para prevenir la recurrencia, que no se forme cáncer es una vacuna. Cuando un paciente pretende curarse el cáncer con una vacuna es una falsa expectativa, pero hay un proyecto muy padre para pacientes con enfermedad activa y que están progresivos. Que a pesar del tratamiento la enfermedad sigue creciendo y ya se les acabaron las líneas”, explica.

Es decir, pacientes desahuciados podrían acceder a esta terapia combinatoria que incluye: quimioterapia a dosis baja, con inmunoterapia activa específica de antígeno y con anticuerpos monoclonales (inmunoterapia pasiva).

La terapia se está desarrollando desde hace tres años y está diseñada para combatir los tumores que en lugar de disminuir con la quimioterapia, crecen más y le restan al paciente sus expectativas de vida.

    “Lo que va hacer la quimioterapia a dosis bajas va a matar células tumorales, en el momento que las células están muriendo, la inmunoterapia activa va a capturar las células muertas, para entrenarse y reconocer la celulares tumorales. Se va estar entrenando al sistema inmunológico activamente para que capture a esas células que están muriendo y que generen memoria contra esas células. Luego vas a tener inmunoterapia pasiva, porque si el paciente es cáncer de mama, vamos a estarle matando células con quimio, eliminando células con la pasiva y estamos empujando más fuerte la muerte celular tumoral”, dice.

Además, la terapia se complementará con inmunomodulación, que consiste en limpiar al organismo de esa “basura” que pueda impedir que la terapia combinatoria tenga éxito.

La investigación es 100 por ciento mexicana y genera grandes expectativas para la medicina, explica el médico.

Los pacientes que hayan pasado por la terapia combinatoria, cuando entren en remisión, la vacuna preventiva de la recurrencia que ya entrará en fase de ensayo clínico, será más efectiva.

El sistema inmunológico estará entrenado durante el tratamiento y cuando se le aplique la vacuna preventiva, será más eficiente.

“Eso será algo muy prometedor para pacientes con enfermedad activa”, dice.

El piloto se realizará en 2017 y contará con la participación de 10 pacientes de cáncer de ovario, que decir del médico es uno de los cánceres más peligrosos y con mayor incidencia en México.

    “Estamos haciendo las solicitudes para obtener los recursos, haciendo los cálculos para los 10 pacientes, porque hay que destacar que el tratamiento es gratuito, el paciente no paga nada y tenemos que tener dinero de la filantropía, porque esto no es de ninguna compañía farmacéutica, es académica”, indica.

Actualmente los médicos mexicanos, gracias a donaciones, han invertido 10 millones de dólares en la investigación y desarrollo de la vacuna y terapia para combatir el cáncer.

El objetivo es, salvar vidas y extender la esperanza de vivir a los pacientes de una enfermedad que se expande, como una epidemia. (SinEmbargo)
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