México está sólido de cara al 2018: Carstens

Los retos: conclusión de las negociaciones del TLCAN, elecciones presidenciales, vencimientos de la deuda, y posible alza de tasas en EU.
Washington, DC. El 2018 es un año que traerá muchos retos para México, pero el país cuenta con solidez financiera, dice Agustín Carstens, gobernador del Banco de México (Banxico). Los retos son importantes: conclusión de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), elecciones presidenciales, vencimientos de la deuda, y posibles alzas de tasas de interés de la Reserva Federal.

¿Son suficientes las reservas?, le pregunta El Economista a Agustín Carstens. El gobernador del banco central declina opinar en detalle de las negociaciones, pero se esmera en transmitir confianza: "Las reservas de divisas de México están en un nivel bastante sólido", afirma, "es un trabajo de muchos años. Se ha buscado blindar muchos factores que podrían presionar el balance externo del país. No sólo son las reservas, tenemos la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que es por más de 80,000 millones de dólares, las coberturas petroleras, la deuda externa se ha renegociado para tener plazos más largos de vencimiento".

Uno de los asuntos más difíciles de interpretar son las negociaciones del TLCAN. "No sé cómo van las negociaciones", asegura, "es normal que haya momentos más complicados, que haya altas y bajas (...) Eso es muy normal porque es un tema muy complejo, pero una cosa es clara: México está negociando de buena fe", enfatiza las últimas palabras. ¿Qué quiere decir negociar de buena fe? "Estamos buscando ajustes al TLCAN que ofrezcan beneficios a todos los países que participan. Negociar de buena fe significa estar dispuesto a cambiar algo, si las razones para el cambio están justificadas. Negociar de buena fe implica que eso es lo que se espera de las otras partes. Si nosotros presentamos una posición que se justifique, esperamos que los otros lo entiendan".

Uno de los temas complicados de la negociación del TLCAN es el laboral. Canadá y Estados Unidos presionan por un cambio en la política salarial y laboral de parte de México. El gobernador Carstens ha sido crítico con quienes piensan que se puede subir los sueldos por decreto. Detalla su posición: "El Banco de México no controla política salarial, pero ha expresado su opinión:  Los salarios se determinan en negociaciones contractuales. Lo que he dicho y sostengo es que los salarios deben subir en la medida en que avance la productividad. La razón de esto es que si suben mucho más allá, eso no es sostenible. Lo que nos importa son los salarios reales (...) Si hay un incremento que no esté sustentado por una mayor productividad, a la larga no servirá. De nuestra historia, hemos aprendido que los salarios reales cayeron más en los tiempos de mayor inflación. Lo mejor que el Banxico puede hacer en materia de salarios es mantener la inflación bajo control (...) Si logramos una baja inflación, ponemos en marcha un círculo virtuoso: una menor inflación propicia menores tasas de interés y éstas sirven para impulsar mayor inversión. Con ella, se puede incrementar la productividad y así mayores salarios".

Con respecto a la posibilidad de que baje la tasa de interés de referencia de México en el 2018, Agustín Carstens se explaya: "El escenario central para el Banco de México es que seguirá bajando la inflación y que para fines del año entrante, el nivel sea cercano a 3 por ciento. Si se cumple este objetivo de bajar la inflación, habría espacio para bajar las tasas (...) También tendremos que estar muy atentos a otras variables, las decisiones de la Reserva Federal serán muy importantes.

Las elecciones presidenciales del año próximo plantean otra exigencia para el Banco de México, "la experiencia de otros sexenios ha sido fundamental para el diseño de la Ley del Banco", explica Carstens, "la autonomía de esta institución fue diseñada para que el banco central pueda trabajar con normalidad en un contexto de competencia electoral. El Banco de México debe perseguir sus objetivos, haya o no elecciones. Debe seguir su trabajo independientemente de lo que esté pasando en la vida política de México. La Junta de Gobierno trasciende el periodo electoral y está diseñada para no caer en presiones políticas".

LA RECOMENDACIÓN ES IR LENTO

"EN FINTECH, EL RETO ES BAJAR COSTOS Y BAJAR RIESGOS"

La regulación fintech será un éxito si logra bajar los costos de transacción de las operaciones financieras, sin incrementar los riesgos, afirma Agustín Carstens, gobernador del Banco de México. No será fácil, advierte, "mi recomendación es ir lento porque vamos de prisa", dice Carstens.

Estamos frente a un mundo nuevo donde hay mucha innovación, argumenta el banquero central: "Las autoridades financieras debemos sentar bases sólidas, que permitan que la actividad vaya surgiendo. No hay prisa, debemos estar muy atentos (...) Una vez que estemos completamente seguros, podremos ir más rápido y más a profundidad".

Los riesgos son reales y no debemos menospreciarlos, alerta Agustín Carstens en una conversación con El Economista, en las oficinas del Fondo Monetario Internacional en Washington. En esta reunión se habló mucho de fintech, tema muy importante para los ministros de Hacienda y para los gobernadores de los bancos centrales.

"Está el riesgo de la ciberseguridad, hay personas o grupos que buscan tirar el sistema, para ganar dinero o para hacer algún planteamiento de otro tipo (...), pero también están los riesgos asociados a los desastres naturales, lo estamos viendo en Puerto Rico. Los sistemas digitales funcionan con electricidad y puede haber situaciones donde la mayoría de la población se queda sin electricidad. En Puerto Rico llevan algunas semanas y es alrededor de 90% de la población sin electricidad. Este tipo de situaciones nos sirve para entender los riesgos que implica tener una altísima dependencia de medios electrónicos".

Los riesgos no deben inhibir el impulso de las fintech, porque éstas podrían resolver de fondo el reto de masificar los servicios financieros en México, "la clave está en bajar significativamente los costos de transacción. Tenemos la oportunidad de incrementar sustancialmente la penetración de los servicios financieros en México. No sólo hablamos de ahorro, podríamos ver soluciones en una gama de productos para gente que ahora no participa del sistema financiero".

El desarrollo del potencial de las fintech llevará a nuevos retos de coordinación internacional, "sabemos que los sistemas de pagos electrónicos rebasan las fronteras de manera muy fácil (...) Las criptomonedas no reconocen fronteras. Es un tema que se comentó mucho en las reuniones aquí y será agenda del Banco de Pagos Internacionales (BIS). Tenemos que asegurarnos de que no haya vulnerabilidades de los sistemas". El FMI estará muy coordinado con México para seguir con estos desarrollos, "también lo haremos desde el BIS", asegura Agustín Carstens, ofreciendo un esbozo de uno de los temas de lo que será su próximo trabajo.
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