Papa permite a sacerdotes absolver el aborto
El Papa decidió otorgar a todos los sacerdotes la facultad para absolver el pecado del aborto, en todo momento y sin necesidad de otra autorización especial, a lo largo del próximo Jubileo de la Misericordia.
La decisión con pocos precedentes está contenida en una carta fechada este 1 de septiembre y dirigida por Francisco al presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización y responsable de las actividades del Año Santo, Salvatore “Rino” Fisichella.
A la fecha y según la disciplina de la Iglesia, compete solo a los obispos de cada diócesis absolver del pecado de aborto y muchas veces existen algunos sacerdotes con permisos permanentes para hacerlo, pero suelen resultar insuficientes.
En su texto, el pontífice estableció que “el perdón de Dios no se le puede negar a quien esté arrepentido. Sobre todo cuando, con corazón sincero, se acerca a la confesión para reconciliarse”.
Reconoció que “algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial”, sin darse cuenta del mal que conlleva un acto de ese tipo, mientras muchos otros, en cambio, “incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir”.
“Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa”.
Por esos motivos, el Papa comunicó su decisión de conceder a todos los sacerdotes y para el año jubilar, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y, arrepentidos de corazón, piden por ello perdón.
Si bien la disposición está dirigida particularmente a las mujeres, también toca a muchos hombres. La ley fundamental de la Iglesia católica, el Código de Derecho Canónico, es muy claro al respecto: “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae”.
Eso indica en su apartado 1398. Y procuran abortos no sólo las madres, también los médicos, enfermeros, maridos o parejas. Todos ellos pueden incurrir en la excomunión, que es “automática”. Según la ley eclesiástica, sólo el obispo puede levantar esa pena.
El Jubileo de la Misericordia está previsto del ocho de diciembre próximo al 20 de noviembre de 2016. Durante ese tiempo el Papa aprobó que sean “válidas y lícitas” santo, las confesiones impartidas por sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X.
Son conocidos como “lefebvristas” por seguir los pasos de su fundador, el arzobispo tradicionalista Marcel Lefebvre (1905-1991). Ese grupo no se encuentra en plena comunión con la Iglesia romana, aunque en los últimos años se ha intentado subsanar la ruptura provocada hace casi 30 años por el propio Lefebvre.
Por otra parte la “indulgencia jubilar”, gracias a la cual los católicos podrán lograr -para sí o para un difunto- el perdón de todos sus pecados, no se obtendrá sólo en las basílicas romanas y las catedrales más importantes del mundo.
En esos templos sí se abrirán las “Puertas Santas” y los fieles que las atraviesen podrán obtener esa gracia. Pero no sólo ellos.
También podrán obtener su indulgencia aquellos que realicen acciones concretas de misericordia, los enfermos y los encarcelados, a muchos de los cuales el Papa reconoció su deseo sincero de integrarse de nuevo a la sociedad dando su contribución honesta.
vía Notimex
La decisión con pocos precedentes está contenida en una carta fechada este 1 de septiembre y dirigida por Francisco al presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización y responsable de las actividades del Año Santo, Salvatore “Rino” Fisichella.
A la fecha y según la disciplina de la Iglesia, compete solo a los obispos de cada diócesis absolver del pecado de aborto y muchas veces existen algunos sacerdotes con permisos permanentes para hacerlo, pero suelen resultar insuficientes.
En su texto, el pontífice estableció que “el perdón de Dios no se le puede negar a quien esté arrepentido. Sobre todo cuando, con corazón sincero, se acerca a la confesión para reconciliarse”.
Reconoció que “algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial”, sin darse cuenta del mal que conlleva un acto de ese tipo, mientras muchos otros, en cambio, “incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir”.
“Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa”.
Por esos motivos, el Papa comunicó su decisión de conceder a todos los sacerdotes y para el año jubilar, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y, arrepentidos de corazón, piden por ello perdón.
Si bien la disposición está dirigida particularmente a las mujeres, también toca a muchos hombres. La ley fundamental de la Iglesia católica, el Código de Derecho Canónico, es muy claro al respecto: “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae”.
Eso indica en su apartado 1398. Y procuran abortos no sólo las madres, también los médicos, enfermeros, maridos o parejas. Todos ellos pueden incurrir en la excomunión, que es “automática”. Según la ley eclesiástica, sólo el obispo puede levantar esa pena.
El Jubileo de la Misericordia está previsto del ocho de diciembre próximo al 20 de noviembre de 2016. Durante ese tiempo el Papa aprobó que sean “válidas y lícitas” santo, las confesiones impartidas por sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X.
Son conocidos como “lefebvristas” por seguir los pasos de su fundador, el arzobispo tradicionalista Marcel Lefebvre (1905-1991). Ese grupo no se encuentra en plena comunión con la Iglesia romana, aunque en los últimos años se ha intentado subsanar la ruptura provocada hace casi 30 años por el propio Lefebvre.
Por otra parte la “indulgencia jubilar”, gracias a la cual los católicos podrán lograr -para sí o para un difunto- el perdón de todos sus pecados, no se obtendrá sólo en las basílicas romanas y las catedrales más importantes del mundo.
En esos templos sí se abrirán las “Puertas Santas” y los fieles que las atraviesen podrán obtener esa gracia. Pero no sólo ellos.
También podrán obtener su indulgencia aquellos que realicen acciones concretas de misericordia, los enfermos y los encarcelados, a muchos de los cuales el Papa reconoció su deseo sincero de integrarse de nuevo a la sociedad dando su contribución honesta.
vía Notimex
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