Perder el empleo, el mayor miedo en 2014

Quien diga que no está preocupado e incluso tiene miedo por la situación económica que se vive en México debe ser muy mentiroso. Los mexicanos enfrentamos durante este 2013, el primero del retorno del priismo a la Presidencia de la República –tras 12 años de ausencia en Los Pinos–, con crecientes inquietudes en torno al bienestar de nuestras familias. 

Esto se adicionó a la inseguridad y a un creciente malestar social que, justo en este año, se puso de manifiesto, como nunca antes en épocas recientes, en las calles de la Ciudad de México. 

No es entonces gratuito que las preocupaciones centrales a escasos cinco días de que 2013 finalice e inicie 2014 se concentren en las deudas que se cargan en hombros –y que apenas si se pudieron aminorar con el dinero extra que llegó este diciembre– y en quedarse sin empleo. Esta última posibilidad es el principal miedo de los mexicanos de la calle, de acuerdo con diversas encuestas realizadas por compañías especializadas en recursos humanos. 

El empleo, en estos tiempos de crisis, es uno de los bienes más preciados. Ese temor para 2014 está justificado si se considera que, en 2013, el mercado laboral cayó sensiblemente debido a la fuerte contracción económica que dejó el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto. 

Por ejemplo, hasta el tercer trimestre de este año, el desempleo en México alcanzó a 2.7 millones de personas, de acuerdo con cifras divulgadas este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La tasa de desempleo aumentó a 5.2 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) en ese periodo, frente al 5.1 por ciento de julio a septiembre de 2012. Además, un dato que dimensiona la incapacidad del gobierno para generar fuentes de trabajo dignas, es que todas las modalidades de empleo informal sumaron 29.3 millones de personas, lo que representa 59.1 por ciento de la población ocupada. 

El desempleo permeó entonces como la humedad y, además, a diferencia de hace algunos años, un mayor nivel de estudios ya no es garantía para encontrar un buen puesto. De acuerdo con el mismo Inegi, los egresados de universidades conforman el mayor bloque entre los desempleados del país. En este caso, el porcentaje de desocupación en la población con primaria completa e incompleta es de 15.7 y 6.3 por ciento, respectivamente. 

En el caso de las personas con secundaria aumenta a 40.1 por ciento, mientras que para los egresados de educación superior se ubica en 37.8 por ciento. Sobre esta situación, Gustavo Rodarte de la Serna, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), también dio un dato que es revelador: “Al final de 2006, existían 5.1 millones personas que representaban 12 por ciento de la Población Económicamente Activa, con ingresos superiores a cinco salarios mínimos. Actualmente sólo 8 por ciento gana arriba de esa cantidad”. 

Estos indicadores representan uno de los mayores retos a superar en 2014 para el gobierno y la iniciativa privada. Mientras no se generen más empleos, y que éstos sean bien remunerados, nadie puede cantar victoria sobre un avance económico, por más reformas que se aprueben “para mover a México”.


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