Episcopado confirma desaparición de cura en Guerrero

La Iglesia católica confirmó públicamente y denunció la desaparición del sacerdote Gregorio López Gorostieta, de la sede de un seminario de Ciudad Altamirano, Guerrero, el pasado 22 de diciembre.


En su portal oficial, Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) publica esta Navidad la denuncia del obispo de Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda, donde además revela que tras haber identificado la incursión de personas ajenas al Seminario que se habrían llevado al cura, hubo un segundo intento de extraños de ingresar

Se precisa que desde la noche del 21 de diciembre, después de las 23:30 horas cuando el padre López Gorostieta arribo al seminario La Anunciación, se desconoce su paradero.

“Desde la noche del 21 de diciembre de 2014, desapareció el padre Gregorio López Gorostieta, formador del Seminario Mayor “La Anunciación”. El padre Gregorio llegó al Seminario en compañía de un seminarista aproximadamente a las once treinta de la noche, después de haber estado en la Iglesia Catedral donde celebró varias Misas durante el domingo y concluyeron su trabajo con una Pastorela y Kermess en beneficio del Seminario”m precisa el relato hecho público por el obispo Martínez en el espacio que tiene el portal para artículos de la curia mexicana.

El texto titulado “En ocasión de la desaparición del padre Gregorio López Gorostieta” detalla que al recabar las versiones de seminaristas y religiosas, llegaron a la conclusión de que personas ajenas al Seminario estuvieron en las instalaciones la tarde noche del domingo.

“Algunos seminaristas que iban llegando de las diferentes parroquias, vieron entre la oscuridad que algunas personas extrañas merodeaban el lugar. Todo indica que al padre Gregorio lo obligaron a salir en su camioneta”, señala.

Y agrega, el lunes por la noche nuevamente gente ajena al Seminario intentó entrar a la casa de las Hermanas Religiosas, logrando escapar al verse descubiertos.

En su texto suma además un comunicado en el que precisa que la Diócesis de Ciudad Altamirano ha sufrido a consecuencia de la situación que le país vive. Y se refirió al caso Tlatlaya como un dolor.

Comunicado íntegro de la DIÓCESIS DE CIUDAD ALTAMIRANO

23 de diciembre de 2014

“¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!” Lc 2, 14

A todo el pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Ciudad Altamirano los exhorto a intensificar su oración para que el anuncio del Ángel a los pastores se haga una realidad:

La Diócesis de Ciudad Altamirano ha sufrido mucho a consecuencia de la situación que en todo el país se vive; nos duelen nuestros hermanos de Tlatlaya, de cada uno de los que han perdido la vida a consecuencia de esta crisis, hombres y mujeres. Nos duele la muerte de nuestros hermanos los presbíteros Habacuc y Ascensión, que lo que buscaban, cumpliendo con su misión, era la santidad de vida del pueblo.

Obispo, presbíteros y Pueblo de Dios, nos manifestamos para demandar JUSTICIA y PAZ, así como el regreso con vida de nuestro hermano el presbítero Gregorio López Gorostieta.

¡¡Basta ya!!. Es el grito de todos los obispos de México y de esta Diócesis:

¡¡Basta ya!! de los que provocan iniquidad, injusticia, corrupción, impunidad, de complicidad y de indiferencia, que lo único que han hecho es generar violencia, temor y desesperación.

A todos aquellos que engendren violencia, los exhorto a dejarse tocar por nuestro Salvador.

Que el Príncipe de la Paz en esta navidad, convierta el corazón de los violentos allá donde se encuentran, para que depongan las armas, para que emprendan el camino del diálogo.

Tú, Señor de la vida, protege a quienes sufren persecución a causa de tu Nombre; Niño de Belén, toca el corazón de cuantos están involucrados en la delincuencia para que se conviertan y se unan a nuestro Jubileo Diocesano.

Que la Santísima Virgen, Nuestra Señora de San Lucas, Reina de la Paz, nos ayude a ser constructores de paz, esa paz que se funda en la verdad, la justicia, el amor y la libertad; trabajemos el diálogo constructivo y un auténtico Estado de Derecho, formándonos en valores, ayudando a los más vulnerables y reconstruyamos el tejido social.

Con mi bendición:

Maximino Martínez Miranda
Obispo de Ciudad Altamirano

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