Como se trata la trata


Gustavo de la Rosa // Colunnista

Cientos de Foros por todo el país, reuniones, escritos, discursos. Pero muy poco trabajo de persecución real a los tratantes. 

Si se invirtiera la mitad de lo que se gasta en el proceso de visibilización del problema, en el combate real al mismo, ya se tuvieran resultados, pero es que en México tenemos la tendencia a mucho hablar, mucho discutir, mucho legislar  y muy poco actuar.

Solo para dar una idea de cómo se mueven los tratantes, comparto tres narraciones la de una joven que vivió semi esclavizada por una organización dedicada a ese giro criminal, la de una sexoservidora y  la de un vecino de un hotel de trata. 

Desde luego se han cambiado los nombres y los lugares, pero sucedió tal cual  en una ciudad fronteriza al norte del país. 

Este es el relato: “Aproximadamente en el mes de julio de 2011, cuando yo tenía 16 años mi mamá me corrió de mi casa porque habíamos discutido, entonces yo me salí de la casa y me fui al centro a buscar a mis amigas, de quienes sólo sé sus apodos.

Las busqué en la parada de los autobuses a la colonia industrial en eso pasó caminando “La Señora” con la que trabajaba mi hermana de nombre Cindy como prostituta. Y me preguntó que por qué estaba triste. Y yo le conté, por lo que ella me dijo que me fuera a su casa que me iba a dar escuela mientras que a mi mamá se le quitaba el enojo.  Entonces, me fui con ella a su casa y al principio me trataba bien: me daba de comer, pero no me dejaba salir a ningún lado. 

“Más o menos dos semanas después,  me dijo que me iba a poner a trabajar en lo que trabajaba mi hermana. Y yo le dije que no quería trabajar en eso. y me dijo que yo no me iba a ir. Hizo una llamada telefónica y a la persona que le contestó le dijo que yo me quería pasar de viva, que vinera a ponerme a trabajar para que yo le pagara todos los días que me había dado de comer.  Yo le dije que me dejara ir, que yo le iba a pagar. Pero me dijo que no. 

Y se puso a cerrar las puertas de su casa. Tal vez como quince minutos, llegó un hombre y le preguntó que si quién era la mamona., Ella le dijo que era yo.  Este hombre me preguntó mi nombre. Y se lo dije. Y me preguntó que si yo sabía quién era él. Pero yo no le contesté. Entonces, me volvió a hacer la misma pregunta. Y yo le contesté que no sabía. Y me dijo: “Yo soy el Iván,  Yo soy el mero, mero. Yo mato personas. Así que todo lo que te diga yo y la Señora  lo vas a hacer.  Ella le dijo: “Es hermana de Cindy”. Y él dijo: “ Ahora mucho menos la vamos a dejar irse”. Y me dijo que tuviera mucho cuidado de no quererme escapar, porque él sabía dónde vivían mi mamá y mis hermanos, y que él me podía matar a mí y a mi familia. Porque estaba protegido. 

Dos días después, me dijo que me metiera a bañar. Me dio ropa. Después me pintó la cara. Y yo lloraba, por lo que me dio una cachetada, porque se me estaba corriendo el rímel. También me puso uñas postizas.  Le llamaron por teléfono y ella dijo que tenía varias y que se las iba a llevar para que las escogiera. le marcó al chofer a quien llamaba  “el Jimmy” que tenía un carro de color dorado llegó por nosotras y nos llevó a un motel al llegar ahí entramos. La Señora cerró la  puerta.   

Un señor nos esperaba y le preguntó si éramos mayores de edad. Y ella le dijo que sí,. él me escogió a mí y le pagó trescientos cincuenta pesos, ella dijo aquí voy a estar afuera. Y se salió con las demás muchachas. Y yo me quedé con ese señor, y le pedí ayuda, el me dijo no quiero broncas y te me vas, La señora me sacó de ahí muy enojada y me subió al carro. Y le regresó el dinero al señor. Y a mí me dijo que si me acordaba del Iván. Y por teléfono y le dijo: “Esta niña se peinetió”. 

Y lo puso en altavoz. Y el Iván le dijo: “Tráigamela, aquí estoy en el bar de siempre”. Por lo que nos llevó a ese lugar. Me bajó del carro y me llevó a la puerta de entrada  y le dijo al portero que iba a buscar al Iván Y él le dijo que pasáramos, que ahí estaba adentro. Por lo que nos metimos y el Iván  estaba ahí. Y me sentó a un lado de él. Y al otro lado de él estaba una muchacha quien se veía como triste y me le quedé viendo a ella., el me dijo: “No la mires. Es mi novia y no te va a ayudar”. 

Y después me dijo que si había sabido lo que había hecho. Que apenas estaba empezando y que ya iba mal. Y me dijo: “Sígueme”. Y se levantó. También se levantó la muchacha, a quien agarró de la mano. Y caminaron hacia afuera. Y yo me fui detrás de ellos. Por lo que cruzamos la calle hacia un Centro Comercial, al cual yo conozco donde estaba estacionada una camioneta tipo van. Y abrió la camioneta del lado del volante. Y se agachó y sacó una pistola. 

Y me apuntó con ella, poniéndomela en la frente, y me dijo que era la última vez y que, la próxima, me iba a matar. Y también me dijo que si yo pensaba que él no hacía nada, y que si yo no veía las noticia, que si sabia como habían matado al Fredie, yo le dije que si aquel hombre me dijo luego “ Yo fui el que lo mate y sin pasamontañas, al medio día y en la calle a la vista de todos los del barrio y nadie dijo nada, y aquí me ves, crees que te me vas a escapar tú, pendeja”. 

Dijo que él hacia todo eso porque tenía comprados a los policías municipales y a los tránsitos. Y que él metía a menores al CE.RE.SO.  para los clientes de calidad., yo me solté llorando y “la Señora” le hablo al Jimmy y me regresaron a la casa. Ella me tuvo encerrada aproximadamente seis meses y, en ese tiempo, pues me prostituyó en varios hoteles, en casas particulares. Y, todos los fines de semana, en una ocasión el Iván mando al Jimmy al  CE.RE.SO. 

Y un muchacho que estaba en el CE.RE.SO. se acercó y le dijo a Jimmy que lo siguiera y abrió como un portón y entramos. a trabajar, y ”la señora” le dio un paquete a él y le dijo que lo contara. Y ese muchacho le dijo que no, que el Iván era de confianza.  Meses después se encontraron cadáveres femeninos vinculados al Iván, a el lo mataron y a la Señora la tienen en la cárcel, pero la policía actuó hasta que el escándalo llego a mayores.  

OTRO TESTIMONIO: la llamaremos Jessica “Me dediqué a la prostitución desde que yo tenía la edad de 15 años,  Me acuerdo que fue en el año 2005, yo tuve conocimiento del “Hotel Apolo”, no recuerdo la dirección, pero sé llegar. Fue en el año 2007, que una muchacha  me invito a ese Hotel no le cobran a uno para quedarse a dormir ahí., mientras que una metiera clientes al Hotel. 

Que por eso le daban a una la habitación, para que una viviera ahí. Que el hotel era de color amarillo por afuera y con la puerta de cristal. El bar que estaba enseguida se llama igual “El Apolo”,  que afuera del hotel había un señor que tenía un puesto y de venta de sodas, dulces y cigarro, y recuerdo que vendía condones, que era lo que les vendía a las chavalitas… Que les fiaba… Que las chavalitas andaban afuera del Hotel, por la calle, pero no se alejaban mucho… Que vestían poca ropa… Que olían mal… Como cuarto recién pintado… 

OTRO MÁS DE UN VECINO DEL HOTEL: En una ocasión, fue en el verano, en junio o julio del 2011,  desde la azotea de mi casa yo veía que ahí andaban las niñas… en la terraza del Hotel… poniéndose aceite… En esa ocasión de julio eran como unas 10 muchachas… Que se drogaban con agua celeste… Que cuando llegaba la policía, ellos regresaban con “El gordo”, quien cuidaba a las muchachillas… Cuando un cliente quería llevarse a las muchachillas “El gordo” no permitía que se las llevaran… o negociaba con ellos. 

Cuando eso pasaba,  le avisaba a “La Doña” que estaba dentro del Hotel… Y la policía llegaba y hablaba con ellos y luego se retiraban.  En ese entonces, el hotel estaba abierto. Ya fue cerrado desde el problema en el que mataron a unos policías…El dueño del Hotel resulto ser  “El Iván” y algunas de las niñas de ahí fueron asesinadas. Así es la trata, los policías, y los custodios conocen a los tratantes y todo tiene un precio al contado, sin grandes sofisticaciones, ¿quieren saber quiénes son los que hacen trata de personas en una ciudad? pregúntenle a los policías y a los custodios de los CERESO’S. 

Ellos saben quien sí y quien no  y no necesitan tanto foro ni tanto plan, solo pónganse a trabajar.


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